T’en recuerdas, dudua,
de aquel par de quemelos, dudua,
que me diste, dudua,
por señal de tu amor.

Solo me queda uno,
el otro fue perdido,
quisás se me ha caido,
dins es poal des sabó, dudua,
des sabo, dudua.

He matado,
més de quatre pollastres,
y no puedo,
el quemelo encontrar.

Por eso he desidiso,
la manga romangarme,
fins que pueda comprarme,
otro quemelo igual, igual.

Te’n recuerdas,
que me los ponia por los domingos,
para ir a misa,
eren un poc grosos, pero muy presentes,
y ahora estoy un poco fallon,
porque lo he perdido,
pero el trobare, el trobaré.

Por si un caso,dudua,
fuera sido en los serdos, dudua,
he mirado, dudua,
dos veses dins sa soi,

y mi padre me dise,
que no molesti es verro,
que per un troç de ferro,
no hi he de perdre es collons,
es collons, es collons.

Los queeeeeeeeeemeloooooooooooos!